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Sida y activismo cannábico: cómo una pandemia influyó en la legalización del cannabis en E.E.U.U.

Todavía estamos asimilando la pandemia de la Covid y cómo impactará en nuestras futuras vidas en sociedad, pero el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, que se celebra este diciembre, nos recuerda que de las adversidades se pueden sacar cosas positivas. En la lección de historia de hoy, analizamos la confluencia entre Sida y activismo cannábico , que muchos conciben como el primer gran paso en el camino hacia la legalización en América del Norte.

A finales del siglo veinte, la llegada del Sida impactó en todo el mundo y cambió la forma en que interactuaban los distintos sectores sociales, y los patrones de comportamiento social. ¿Te suena familiar? Casi 40 años después de que esta condición llegara a la consciencia colectiva, los avances médicos han hecho posible que, con un diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado, la expectativa de vida de una persona con sida sea de 70 años . Esta enfermedad ha sido responsable de una de las pandemias más destructivas de la historia, cobrándose la vida de 35 millones de personas. 

Este no era el caso en los años 80, cuando la pandemia del Sida llegó con efectos devastadores, golpeando fuerte a la comunidad gay en particular. En esa época, San Francisco era el hogar de una gran comunidad gay (que se estimaba en unas 100.000 personas) por su ambiente relajado y una tendencia liberal, ofreciendo un santuario sin discriminación e intolerancia, actitudes presentes en la mayor parte de E.E.U.U. de la época.

San Francisco también era una ciudad cuyas raíces contraculturales tenían mucho que ver con la planta del cannabis, una ciudad donde la marihuana había florecido desde el nacimiento del movimiento hippie en Haight-Ashbury en los años 60. La ciudad acogió a la Generación Beat durante los años 50 y a principios de los ’60, y fue el epicentro del Verano del Amor de 1967, convirtiéndose en un imán para jóvenes hippies de todo el país atraídos por delicias como la yerba y el LSD que se vendían en la Psychedelic Shop, el primer head shop de E.E.U.U.

El activismo cannábico y el activismo gay en San Francisco habían compartido durante mucho tiempo hilos comunes, que se entrelazaron aún más cuando la epidemia de Sida de la década de los 80 se extendió. En esta historia entra Dennis Peron, un hombre gay y prominente activista cannábico, que rápido se dio cuenta del valor y el rol que jugaba el cannabis en tratar los síntomas del Sida. En esa época estaba en plena misión contracultural para proporcionar marihuana a las masas, algo que consiguió vendiendo en tiendas pop-up en San Francisco, como el supermercado de marihuana The Big Top.

Tal y como recuerda John Entwhistle Jr (lead strategist de Peron) en The Secret Story: How Medical Cannabis Was Re-Legalized in the US (La historia escondida: cómo el cannabis médico fue re-legalizado en los E.E.U.U.) : “Al principio no existía un tratamiento real. La principal característica de la enfermedad del Sida entonces era el desgaste. Por alguna razón, el cuerpo simplemente perdía su apetito. Te volvías un esqueleto humano. La marihuana ayudaba a estimular el apetito y también, por supuesto, a lidiar con la depresión.” 

Al asumir esta nueva causa, Peron acrecentó su lucha por el derecho de los enfermos de Sida a utilizar el cannabis como tratamiento, un tema que llegó a la prensa con el arresto de otra leyenda de la lucha por la legalización del cannabis: ‘ Brownie Mary ’. Los dos lideraron una campaña para que el cannabis fuese aceptado cómo medicina por los enfermos de Sida, y la Proposición P se convirtió en el primer hito de la lucha por la legalización: esta obligó a la ciudad de San Francisco a adoptar, como política, su recomendación al estado de California de que el cannabis estaría disponible para fines médicos, sin sanciones para los doctores que lo recetaran. 

Este movimiento de protesta, que dio como resultado la aparición de las palabras “medicinal” y “cannabis” juntas en una conversación mainstream, atrayó una gran publicidad en medios mainstream, y Dannis Peron, Brownie Mary y una red de activistas cannábicos con mucha motivación siguieron presionando contra la lógica (percibida como defectuosa) de la ley. En 1992, el San Francisco Buyers Club se convirtió en el primer dispensario de cannabis medicinal de los Estados Unidos, pero la victoria definitiva llegaría cuatro años más tarde.

En 1996, la Proposición 215 (conocida también como la Ley de Uso Compasivo de 1996) fue aprobada con el apoyo de 55,6% de los votantes. Gracias a ella los pacientes podían cultivar y poseer marihuana para uso personal con la recomendación de un doctor. A pesar de que todavía hubo muchos giros en este viaje que terminó más de 20 años después, la Proposición 215 sigue ampliamente considerada como un hito clave en la historia de la legalización del cannabis en California

Muchos pacientes con sida y VIH siguen empleando el cannabis cómo medicina, y algunos son miembros del Programa Medicinal de Paradise Seeds, que brinda a los usuarios de cannabis medicinal un 50% de descuento en la compra de todas sus semillas.

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